El monasterio de Oseiras I (Interacción social)
PROYECTO FONOTOPÍAS DE GALIZA – SONIDOS EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
El monasterio de Oseiras I (Interacción social)
Proyecto financiado parcialmente por la Consellería de Cultura y Deporte, Dirección General de Creación y Difusión Cultural de la Xunta de Galicia.
«El monasterio de Oseira es un convento medieval de fundación bieita que a lo largo de su historia tuvo un gran importancia económica y social para la comarca y tierras más lejanas.
Situación
Se sitúa en la parroquia de Oseira, en el ayuntamiento de San Cristovo de Cea, provincia de Ourense.
Historia
Se conoce de su existencia desde 1137, pero en pocos años se convirtió en un monasterio dependiente de la Orden del Císter y en el año 1141 se estableció una colonia de monjes franceses enviados por San Bernardo.
En el año 1835 como consecuencia de la desamortización de Mendizábal los frailes dejaron el monasterio, que quedó totalmente abandonado propiciando el expolio del lugar, los monjes volvieron de nuevo en 1929 y comenzando su reconstrucción.
Descripción
La iglesia abacial, fue construida entre los años 1200 y 1239 aproximadamente y es considerada una de las obras cumbre de la arquitectura cisterciense de la Península Ibérica, con un característico estilo románico ojival, que está claramente influenciado por las iglesias de peregrinación. La sala capitular del convento de fines del siglo XV está sustentada por cuatro columnas centrales de fustes torsos rematando en una original bóveda.»
Oficio de vísperas desde el coro alto.
Este es uno de los pocos monasterios de Galiza donde aún vive una comunidad de monjes, este registro corresponde la uno de los siete rezos cantados que los monjes realizan durante todo el día.
Oficio de vísperas – entrada de los monjes desde el claustro al coro alto.
Este paisaje sonoro corresponde al corredor alto del claustro, que es atravesado por los monjes que entran al coro para cantar el oficio de Visperas.
Museo de piedra.
El museo de piedra es una antigua bodega del siglo XII, a diferencia de otros del monasterio su techo no es de conglomerado, en este caso por su antigüedad es todo de piedra semicircular, podemos escuchar el agua de la fuente del claustro y las campanas eléctricas que entran por la puerta resonando en este espacio, hacia el final, pasos.
Patio del claustro de los pináculos.
Este es el claustro de mayores dimensiones del monasterio, el agua resuena en un espacio abierto y claro.
Esquina del corredor del patio del claustro de los pináculos.
Esta toma desde una esquina de la crujía del claustro nos brinda una sonoridad del agua totalmente distinta, reverberando en los corredores y en el espacio abierto del patio.
Plaza frente al monasterio.
La gente va a misa, se escuchan pasos entre el silencio, un coche cruza y una campana de bronce que llama es continuada por las campanas que suenan en los altavoces. Aquí se apreciar claramente la diferencia tímbrica entre una y otras. Una escultura de orejas grandes de San Benito es una representación simbólica de la importancia que tenía la escucha en la filosofía de este santo.
Misa cantada.
La misa del domingo es el punto culminante de la semana para la comunidad cisterciense de Oseiras, en esta grabación aparece un fragmento de esta misa cantada que corresponde al sanctus.
Bóveda del Refectorio.
Toma realizada dentro del refectorio reconstruido por el fraile Juan Maria Vázquez en 1978, un espacio donde el silencio permite escuchar el vuelo de los insectos, al final de esta toma se golpea cada una de las mesas de madera para percibir la reverberación del lugar.
Oficio de sexta hacia al altar.
En este fragmento del oficio de sextas se aprecia que después de treinta segundos comienzan a repicar las campanas. Una serie de aullidos que penetran en el templo se mezclan con el canto produciendo un extraño tejido tímbrico.
Patio del Claustro de los caballeros.
Este claustro de medianas dimensiones es el único que posee árboles, los cuales son aprovechados por los pájaros para anidar e interpretar sus diálogos melódicos que son amplificados por el eco del claustro donde también el agua resuena.
Desde la crujía del claustro de los caballeros.
Al igual que en el claustro de los medallones se realizó una toma interna en la crujía, hacia el final de la grabación un caminante cruza mostrándonos sus resonancias.
Oficio de laudes hacia el altar.
Este es un fragmento del segundo oficio del día, el primero es a las 4.30 y se denomina oficio de vigilia. En este registro el silencio al principio y al final del canto es un aspecto a analizar desde el punto de vista acústico y de contenido.
Insectos y arroyo desde una ventana de la hospedería.
En esta toma nocturna podemos escuchar insectos, algunos perros ladrando y el sonido del río Ursaria serpenteando por el valle.
Oficio de últimas desde el centro de la iglesia.
Este es el último oficio del día y concluye con el canto de salve, en este caso la grabación fue hecha desde la parte inferior de la iglesia hacia el coro alto. La voz de los monjes reverbera en el templo junto a una campana que en este caso es de bronce. Al terminar estos repiques el abad hace un toque en la madera del coro y el oficio termina.
Cúpula de la escalera del obispo
En esta toma de esta bóveda del siglo XVI, escuchamos el sonido de varios pájaros que revolotean en su interior, al fondo el agua, campanas eléctricas, voces y el zumbido de varias moscas.
Patio del claustro de los medallones.
El monasterio posee tres claustros cuadrados, cada uno con una fuente, esta grabación corresponde al más pequeño, en esta serie de grabaciones de los claustros notamos como la reverberación del agua cambia según sus dimensiones y la forma como cae en las fuentes.
Desde una esquina del patio del claustro de los medallones.
Dentro de la crujía del claustro el sonido del agua viaja entre las bóvedas de piedra, escuchamos también las campanas que anuncian los cuartos, que por su timbre distorsionado identificamos como altavoces y no campanas de metal.
Silencio después del oficio de vísperas desde el coro alto.
Este paisaje sonoro corresponde al silencio reflexivo con el que termina el oficio cantado, durante unos minutos el silencio nos permiten escuchar el zumbar de las moscas dentro del templo y las resonancias de la tos en las bóvedas de piedra.