El último cestero de Vigo
PROYECTO FONOTOPÍAS DE GALIZA – SONIDOS EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
El último cestero de Vigo
Proyecto financiado parcialmente por la Consellería de Cultura y Deporte, Dirección General de Creación y Difusión Cultural de la Xunta de Galicia.
«Somos pobres cesteros, cestos que componer, pobrecillos de nosotros que vamos a morir»… dice una cantiga popular.
La cestería es uno de los oficios que aún conservan un lugar en la artesanía gallega. Cestos para las labores del campo y del mar. Cestos de mimbre, de cañas, juncos… o lama de roble, castaño, sauce…
Los cestos se hacían en las villas o en el medio rural. Los artesanos del rural iban en la búsqueda de trabajo y quedaban donde lo necesitaban. Eran siempre útiles dedicados a la recogida de los frutos, cogidas, vendimia, pesca.
Nosotros tuvimos la suerte de dar con un de los artesanos que aún sigue a trabajar. . . Tenemos que agradecerle su paciencia, nos explicó, paso a paso, diferentes procesos en la confección de un cesto, los materiales, la utilización, la evolución, su adaptación, las innovaciones…
Texto original (traducido):
http://centros.edu.aytolacoruna.es/sfxabier/cesteiria.htm
Curso de Cestería de Antonio Suárez.
Centro de artesanía tradicional de Vigo. En esta serie de grabaciones se puede apreciar una enorme diversidad de sonidos producidos en este trabajo. Herramientas cayendo, crujidos, martilleos, etc.
Curso de Cestería de Antonio Suárez 2.
Centro de artesanía tradicional de Vigo. Manojos de fibras agrupadas y cayendo, cortes de cuchillo, moscas volando, maderas resonando, preguntas al maestro, gruñidos del mimbre cuando es estirado, etc.
Curso de Cestería de Antonio Suárez 3.
Centro de artesanía tradicional de Vigo, muchos sonidos quedan por descubrir la quien escuche estas grabaciones con detenimiento, pero sobre todo es oportuno destacar el rico diálogo estereofónico de los sonidos en el espacio.
Trabajo de Antonio Suárez último Cestero de Vigo.
En el lado izquierdo de esta toma lateral, se aprecia el entrechoque de las fibras que aún están por tejer, mientras que en el lado derecho se escuchan las que están siendo tejidas. En esta grabación notamos la enorme diferencia entre el trabajo del cestero y el de los asistentes del taller, pues el tejedor a pesar de ser sólo uno, establece un marco sonoro de mayor intensidad que es manifestación de su maestría y experiencia, mientras los aprendices tejen lentamente.
Trabajo de Antonio Suárez último Cestero de Vigo.
Toma del trabajo de Antonio Suárez desde el frente. En esta toma se aprecia la gran riqueza tímbrica del sonido que produce el entretejer del mimbre, a diferencia de la toma anterior, en esta toma los diferentes sonidos se encuentran más centrados.
Paisaje sonoro de la calle de los Cesteros (centro).
Paisaje sonoro de la calle de los cesteros en la actualidad, se escuchan pasos, algún comprador, el rumor de los bares, golpes de puertas, los rugidos de una cadera de mimbre y las campanas de la concatedral.
Paisaje sonoro de la calle de los Cesteros.
Golpes de madera, tintíns de platos, el repiqueteo de los transeúntes, voces, una televisión que entona un inagotable discurso.
Calle de los Cesteros – reconstrucción virtual.
Hace cuarenta años, más de veinte cesteros trabajaban en esta calle. Esta es una reconstrucción virtual del paisaje sonoro de esta calle con tres de ellos trabajando. Se escuchan; compradores, transeúntes caminando. Aunque si atendemos bien podemos escuchar sonidos que no pertenecían la esta calle hace cuarenta años, entonces el sonido de los tres cesteros que trabajan en este paisaje sonoro se podrían interpretar como los sonidos de los fantasma de esos trabajadores del mimbre.
Dos cesteros virtuales.
El trabajo de dos cesteros en su taller se retoma en esta reconstrucción virtual. Hoy en día no se puede escuchar este paisaje sonoro pues Antonio Suárez es el último que queda con vida.
Entrevista al cestero
Son muchos los dichos, refranes, adivinanzas, cantigas que tienen a los cesteros como protagonistas.
Este dicho aunque habla de cestos no refleja el pensamiento de un cestero sino que es atribuido a un juez.
Se sabe que los cesteros tenían un habla propia y semejante a la de los canteros.
Se conoce que en muchos lugares a llegada del cestero iba precedida por el grito de: -«Compone cestas»- a lo que respondían los chavales -«también burros y bestias»-
«Dos mujeres y una cesta, hacen una feria».
«Una vieja y un cesto, y el cuento se acabo en esto».
También adivinas como estas:
«Tengo, tengo entre las piernas un ingenio, del como, del bebo y del pago a quien debo». (El cestero)
Texto original (traducido):