Madrugando: El paisaje sonoro de los peregrinos modernos

11 julio 2008

0.Introducción

El ser humano siempre tuvo la necesidad de desplazarse, de moverse, de viajar. En el principio lo hacía por puro requisito fisiológico: Necesitaba comer, y tenía que ir detrás de la comida, donde esta pudiese estar. Después, se hizo sedentario, y desplazarse ya no era una necesidad tanto biológica, como para poder establecer relaciones (comerciales, humanas, políticas, bélicas…). Desde entonces, los medios de desplazamiento fueron evolucionando de la pura tracción humana (los pies 😉 a los medios de locomoción actual: coches, motos, bicicletas, aviones… Esta evolución, además de un avance en la comodidad y rapidez de los desplazamientos, propició una democratización y abaratamiento de los medios para realizar estos. Hasta tal punto que propició una movilidad en las personas desconocida hasta tiempos recientes. Hoy en día, no es extraño encontrar personas que deben utilizar uno de estos medios de transporte a diario para recorrer distancias que hace 200 años serían impensables. Son los peregrinos modernos, aquellos que deben recorrer cientos de kilómetros todos los día para acudir su trabajo, o para poder realizar su rutina diaria.

De este tipo de peregrinos tenemos un ejemplo claro en Galicia: La gente que diariamente se desplaza desde Coruña o Ferrol a Santiago a trabajar su jornada laboral. Ya sea en autobús, en tren, o en coche personal. Desde primera hora de la mañana, una caravana de almas durmientes peregrina todos los días de semana desde sus lugares de residencia hasta su lugar de trabajo. Muchas de estas almas van en coche particular, de manera individual, o compartiendolo con otros compañeros de curro. Con sus autos circulan desde primera hora de la maña, llenando los sonidos de la madrugada de jóvenes armonías mecánicas que apagan los sonidos de la naturaleza dormida. A esos sonidos dedicamos esta recogida, hecha desde Coruña hasta Santiago, y que bien podría haber sido hecha en cualquiera otro punto de las rutas de los peregrinos de la modernidad gallega (Ourense-Santiago, Vigo-Pontevedra, Pontevedra-Santiago, Lugo-Santiago, Coruña-Ferrol…)

1.Coruña

Amanece. El tráfico en la avenida de Alfonso Molína no es tan intenso como llega a serlo a otras horas del día. Si escuchamos bien podemos distinguir a los pájaros saludando al día entre oleada y oleada de vehículos. Sonidos de la vida moderna en una ciudad que despierta.


2.Vilaboa

Siete menos cuarto de la mañana. Enfrente a la iglesia. Vilaboa se está despertando. No se escucha gente. Solo coches, y a vece, a los pájaros saludando el nuevo día.


3.Alvedro

La gente circula nos sus coches para llegar a trabajar. A estas horas el tráfico permite momentos de relativa calma sonora que dejan escuchar un paisaje natural de vez en cuando atravesada por los avances de la civilización corriendo rápida rápida hacia su destino.


4.Sigras

Cruce de Sigras. Un lugar que normalmente es sonoramente insufrible por la cantidad de tráfico que soporta, a estas horas de la mañana aún muestra cierto grado de tranquilidad por momentos que hacen que los sonidos del tráfico se entremezclen con el piar de los pájaros. Se percibe perfectamente el ritmo de los semáforos del cruce: rojo, verde, rojo, verde, arriba, abajo. Ausencia total de sonidos de origen humano.


5.Cruce de la Autovia A6 con la Nacional 550

Salida de la autovía Coruña-Madrid a la Carreteira de Santiago. Circulación lenta y pausada a estas horas de la maña por este inmenso cruce de gran tráfico. Se escuchan algunos vehículos pasar por encima de las bandas de limitación de velocidad. Y el arranque y parada de los autos al ritmo que les marca el funcionar de los semáforos. Los sonidos naturales encabezados por el piar de pájaros siempre de fondo en esta composición sonora propia de la Galicia moderna.


6.Tabeaio

Carreteira de Santiago a altura de Tabeaio. Sete e media da maña un dia de verao. O tráfico a estas horas é leve. Os sons mecánicos intermitentes do paso de vehículos deixan lagoas que permiten escoitar o canto madrugador dos recen espertos paxaros. Algún friki ca música a todo trapo no auto e ausencia total de presencia humana (salvo algún estornudo).


7.Carral

Carretera de Santiago a la altura de Tabeaio. Siete y media de la maña un día de verano. El tráfico a estas horas es leve. Los sonidos mecánicos intermitentes del paso de vehículos dejan lagunas que permiten escuchar el cuanto madrugador de los recen despiertos pájaros. Algún friki con la música a todo trapo en el auto y ausencia total de presencia humana (salvo algún estornudo).


8.Subiendo el Mesón do Vento

Base de la cuesta del mesón del viento. Van a ser las ocho menos cuarto de un día de semana. La tranquilidad domina el paisaje sonoro. Pájaros por doquier saludando un joven día. En la lejanía, la procesión de la modernidad: Coches y camiones pasan uno tras de otro, adornado con los armónicos mas graves de sus sonidos el natural del paisaje sonoro.


9.Mesón de Herbes

Ocho menos cuarto pasadas un día de la semana. En el cruce de la carretera de la Coruña. Fluir de continuo de coches, desde pequeños chimpins hasta camiones de gran tonelaje. Y pasan la toda pastilla.


10.Mesón do vento

Ocho de la mañana un día de semana. En el paisaje sonoro de este cruce de caminos, descanso para el peregrino moderno, parecen querer convivir naturaleza y modernidad. Los sonidos del tráfico continuo se combinan con el despertar matutino de los pájaros. Incluso la interacción humana no se ve solapada por el resto de los sonidos. Armoniosidad y esperanza de convivencia sonora posible en esta pequeña villa de paso.


11.Ordes

Alameda de Ordes. Ocho y cuarto de la maña un día de semana. A pesar de ser tan temprano, y de estar en un parque, los sonidos de carácter industrial dominan este paisaje. La presencia del semáforo y el cruce de la carretera nacional por el medio del pueblo hace que esto sea así. Sin embargo, en cuando el semáforo abre, el paisaje recupera el aspecto normal de un parque a primeras horas de la maña, aunque siempre con el tráfico presente en segundo plano.

Cruce de Ordes. Ocho y veinte de la mañana un día de semana. El tráfico de la nacional pasa por el medio y medio del pueblo. La presión sonora generada por el tráfico en algunos momentos se hace insoportable. Tráfico, tráfico, tráfico y más tráfico. Y eso que solamente son las ocho y pico de la mañana.


12.Santa Cruz de Montaos

Ocho y media de la mañana de un día de semana. Un pequeño pueblo atravesado, como tantos otros, por una carretera nacional. Lugar de paso, el tráfico lidera el paisaje sonoro ya a estas horas de la mañana. En los momentos de descanso, los sonidos naturales de los pájaros saludando el joven día salen al descubierto, mas enseguida son devorados nuevamente por los sonidos del progreso. Ausencia total de actividad humana.


13.Sigüeiro

Cruce de Sigüeiro. Nueve de la mañana. La actividad ya es frenetica a estas horas de la mañana. Tráfico, tráfico,tráfico y mas tráfico domina el paisaje sonoro de esta villa en la zona del cruce ya desde primeras horas de la mañana.